Nos encontramos en la fase final de un mandato lleno de turbulencias, con cinco concejales de veinticinco que no rinden cuentas a los partidos por los que se presentaron en las elecciones municipales, con un concejal tránsfuga en el equipo de gobierno, con un programa censurado en la radio pública, con una plantilla municipal que continua en precario, con dudas respecto a la contabilidad de algún grupo municipal que apoya al gobierno, con un nivel de inversiones ordinarias, durante lo que llevamos de mandato, muy insuficiente en un municipio como el nuestro, con un pequeño incremento en el año anterior a las elecciones, con una ciudad sucia, donde el incivismo reina a sus anchas, con un nivel de mantenimiento del espacio público deplorable, con la ausencia de un nuevo plan de urbanismo, con la ausencia de un plan de vivienda municipal ambicioso, y así un largo etcétera de deficiencias que venimos sufriendo en las dos últimas décadas en nuestro municipio.
Sin embargo, queremos lanzar un mensaje de optimismo: la situación es tan lamentable, la herencia que va a dejar el PSC va a ser tan negativa, que el margen de mejora es muy elevado.
Desde Veïns per Rubí trabajamos ya en las bases de un nuevo Plan de Ordenación Urbanística Municipal, de un sistema riguroso de planificación y control del mantenimiento del espacio público y de la limpieza; un plan de lucha contra el incivismo, o una reordenación del espacio público que compatibilice diferentes usos.
Apostamos también por la mejora y modernización de nuestros polígonos industriales y por el impulso del comercio en Rubí.
Transparencia, lucha contra la corrupción, participación ciudadana y gestión eficiente de los recursos públicos son los pilares de nuestro proyecto político para la ciudad de Rubí. Un proyecto en el que cabemos todos, sin depender de estrategias o de intereses de política supramunicipal: no dependemos de las decisiones de partido que se tomen en Barcelona o en Madrid.
A pesar de todo, miramos el futuro de Rubí con optimismo, porque entendemos que el cambio político en Rubí, en las elecciones de 2019, es inevitable.