Hoy 17 de de mayo, Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia, recordamos que hace únicamente 30 años que la Organización Mundial de la Salud despatologizó la homosexualidad y, denunciamos que la transexualidad sigue considerándose una patología.
La comunidad LGTBIQ+ no únicamente está fuera del sistema cisheteropatriarcal sinó que, además, es castigada y marginada por representar la disidencia. Somos los raros, las desviadas, las trans, las bolleras, las promiscuas, las marikas. La sociedad nos violenta, nos hace sufrir a lo largo de nuestra vida, nos pone en situación de vulnerabilidad debido a nuestra identidad.
Son muchos los ámbitos en que nos afecta esta discriminación, hoy, más que nunca pero como cada día del año, denunciamos la violencia institucional, familiar y social a la que se nos expone.
– En el ámbito laboral, tenemos tasas de desempleo descomunales, y todavía vivimos discriminaciones que nos llevan a situaciones de precariedad y exclusión social. En especial a todes les compañeres migrades, les que son excluidas de todos los circuitos y, reciben aún más violencia institucional.
– En el ámbito familiar, sufrimos violencia. Violencia familiar. Muches de nosotres nos vemos obligades a volver temporalmente al armario en el entorno familiar, a esconder quienes somos, por miedo al rechazo y reproche del entorno, supuestamente, más cercano. Nos vemos obligades a tejer otras redes y vínculos, nuevos y seguros para poder sobrevivir. En ocasiones, viéndonos expuestas en el proceso a inestabilidad, soledad y mucho dolor.
– La violencia social, simbólica, toma muchas y diferentes formas. No existimos en los medios de comunicación, en las películas, en las series; y si existimos, lo hacemos de manera estereotipada, grotesca y se nos da un uso instrumental. Estamos infrarrepresentades. Nuestras realidades heterogéneas son invisibles. Tampoco existimos a ojos del sistema educativo, que pretende ocultar que el mundo es diverso y plural bajo una aparente neutralidad, que en realidad no es más que la reproducción de las hegemonías.Finalmente, cabe decir que sufrimos violencia institucional. Que se nos estigmatiza, se nos cuestiona y se nos persigue. Señalamos directa y especialmente al sistema policial y judicial, que perpetúa un sistema que constantemente ejerce violencia sobre todas nosotras. Porque hay lugares en los que ser, es ilegal.
En Rubí existe el servicio de acompañamiento a nuestra comunidad. Es necesario pero insuficiente. Por eso, desde La Rabia Exigimos instrumentos, herramientas y políticas laborales para la contratación de personas trans discriminadas en el mercado, también a nivel municipal. Exigimos políticas que nos garanticen los mismos derechos y oportunidades a todes y sobretodo apostamos por la colectividad, la militancia y la resistencia!