Cada vez que cualquier ciudadano se acerca al Ayuntamiento de Rubí (concretamente al Salón de Plenos) durante el último jueves del mes, con la predisposición de pasar una amena tarde de política municipal por el motivo que sea, se encuentra con una situación que no había previsto y que suele conseguir que ese ciudadano se marche indignado de vuelta a casa.
Es frecuente que muchos partidos políticos lleven al pleno municipal asuntos que nada tienen que ver con Rubí o que en el mejor de los casos afecta indirectamente a la ciudad, pero que en ningún caso se podrá solucionar desde el Ayuntamiento ya que no es competencia municipal. Os pongo como ejemplo el Tratado de Libre Comercio entre la UE y EEUU, que aunque parezca un chiste o una broma de mal gusto, también se ha votado en el Ayuntamiento de Rubí. Como Portavoz del PP he denunciado públicamente en reiteradas ocasiones dicha situación, incluso lo he denunciado en el mismo pleno. Es algo que yo llamo “síndrome de diputado”, aunque ciertamente tiene más aires de complejo que de síndrome.
Por desgracia, este problema no es algo exclusivo de Rubí, pero es aquí donde a los rubinenses nos debe preocupar, porque es aquí donde vivimos y donde pagamos impuestos. Los concejales del Ayuntamiento de Rubí tenemos un encargo muy claro de la ciudadanía que consiste en preocuparnos por los problemas de Rubí y tratar de resolverlos. Nos pagan por eso, y todo lo demás son ganas de debatir sobre temas que algunos consideran les puede dar votos o simplemente para quedar bien con los militantes del propio partido, pero a costa de alejarse del encargo real de los rubinenses. Que en el Ayuntamiento de Rubí, en la Institución que ostenta la máxima representación de los rubinenses como ciudad, se vote sobre el acuerdo de la Unión Europea, sobre Irak, sobre leyes del Estado… es simplemente una falta de respeto a los ciudadanos. Algunos partidos deberían recordar que no somos una cámara legislativa, no legislamos, razón por la que no tenemos legislaturas, sino mandatos, ni tenemos leyes sino ordenanzas. No existe el Parlamento de Rubí, no niego que sería una experiencia interesante (muy feudal a su vez) pero la realidad es que tal Parlamento simplemente, no existe.
En este primer año de mandato, desde el PP no hemos presentado ni una sola moción que no sea de ámbito municipal, ni una. Y nuestro compromiso para el resto de mandato es exactamente el mismo. No llevaremos al pleno ni un solo asunto que no se decida en Rubí o que no afecte a los rubinenses en primera persona.
Pero es que además, en el último pleno del mes de marzo (realizado en abril) ha quedado claro que las discusiones políticas, los enfrentamientos, suelen venir casi siempre por temas supramunicipales. En el último pleno, no hubo acuerdo en temas que nada tenían que ver con Rubí, mientras que la propuesta del PP para crear la ‘Oficina de l’Empreneduria’ tuvo un apoyo casi unánime, a la vez que nosotros votamos a favor de mociones de ámbito municipal de CDC, C’S o ERC, por ejemplo, que consideramos que eran buenas para la ciudad. El municipalismo une más que separa, porque el contacto con los ciudadanos es directo y porque todos queremos mejorar nuestra ciudad.
Es curioso que sean precisamente algunos de los partidos que se autodenominan “municipalistas” los que siempre traen al pleno los asuntos que no son competencia local. Como Portavoz del PP quiero apostar por el municipalismo real, por ese que nos une a todos, de izquierdas y derechas, secesionistas y constitucionalistas, ese municipalismo que únicamente quiere mejorar Rubí y dejar para el futuro una ciudad de la que todos nos podamos sentir orgullosos.