Más sobre sanidad
Leo algunas cartas recientes en este periódico con el tema del mal estado de la sanidad pública en la ciudad, un tema que siempre ha estado sobre la mesa, pero que en los últimos tiempos se ha agravado. He leído como ciudadanos explicaban sus ‘andanzas’ en los centros sanitarios de la ciudad y en los hospitales de referencia y, sinceramente, no me sorprende, yo mismo lo he sufrido en primera persona. ¿Cómo puede ser que te tengan que hacer una prueba diagnóstica como una resonancia para ver el alcance de un problema y meses después te den antes hora para el traumatólogo que para hacerte la prueba? Acudes a la visita, por si acaso, pero el mismo especialista se pregunta qué hago allí y por qué me han dado la hora si no tiene los resultados de una prueba, para la que ni siguiera tengo fecha… Incomprensible. No extraña, aunque me indigne, que te den hora para el médico de familia a un mes vista. Se supone que es el médico al que tienes acceso más fácil para solucionar los problemas del día a día… Que no tengan camas libres para un ingreso necesario o que tengan a una paciente con un problema grave dando vueltas de un hospital para otro me parece inhumano. Necesitamos una sanidad pública digna y de calidad. Ya.
Antonio Martín
Hace treinta años…
Hace treinta años la sociedad era mejor: las costumbres eran más sanas, existían dos valores como el respeto y la educación que hoy día van desapareciendo a un ritmo vertiginoso…
Hace treinta años éramos más cívicos, respetábamos a nuestros mayores, manteníamos actitudes propias de seres humanos, hacíamos gala de desarrollar los conceptos de amor y amistad…
Hace treinta años el fútbol era mejor, la música era más buena que la actual, la televisión educaba y entretenía a la vez, la radio formaba parte de tu propia compañía, el ambiente nocturno de zonas de ocio era muchísimo más sano, la enseñanza era de más calidad que la actual… En definitiva, hace treinta años todo era mejor. ¿Qué significa esto? Que tanto la sociedad en su conjunto, como el ser humano a nivel personal, han involucionado en vez de evolucionar.
José Antonio Avila López