Okupas, viviendas del banco y pisos sociales
Hace algunas semanas leí en este medio una carta de una vecina de la calle Torrijos que denunciaba una ocupación ilegal de una vivienda junto a la suya ante la pasividad de la administración y las fuerzas de seguridad. La semana pasada también leía en qué estado se encuentran las Torres Salduba, de propiedad municipal, tras ser ocupadas desde hace años por unos ocupas, que incluso tienen animales como burros y ocas por allí. No son situaciones aisladas, sino que la problemática está por todo Rubí.
Hace unos días, mi familia y yo volvemos a tener vecinos ocupas en el barrio. Son los segundos. Llevaban días dando pistas sobre cuáles eran sus intenciones. Después de avisar al banco correspondiente, actual propietario de la casa, alerté a la policía y a los Mossos. Unos no hicieron nada, los otros ni siquiera aparecieron, así que, finalmente, una noche se instalaron con toda tranquilidad para ellos e intranquilidad para los vecinos.
Todo el mundo necesita un techo para protegerse, pero… ¿no hay otras maneras? ¿no se puede buscar soluciones? Son muchos los jóvenes que no pueden independizarse, muchas las familias con problemas… Si este banco no hubiera tenido a la venta esta casa a un precio absolutamente desorbitado (más de 300.000 euros), si alguien de la administración hubiera movido hilos para incorporarla al parque de viviendas sociales, con un alquiler adecuado… otro gallo cantaría. Y así estamos. Ante la pasividad de bancos, administraciones y fuerzas de seguridad, ocupando propiedades gratuitamente. Y si tienen piscina, pues mejor.
Alberto Martín
Convergència y el invento de la independencia
Como antiguo concejal de Convergència i Unió en el Ayuntamiento de Rubí, creo que sabré algo sobre un tema que está muy de moda en la ciudadanía catalana: sabemos que el PDeCAT actual nació con la idea de ser independentista, ¿pero lo fue Convergència? Argumento mi posición al respecto.
El actual secesionismo, separatismo o independentismo en Catalunya (el procés), tiene su punto de origen en la debacle de lo que era Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). A raíz de los casos de corrupción en masa de las gentes de CDC (caso Banca Catalana, caso Casinos, caso Palau de la Música, caso Sant Pau, caso Port Vell, caso ITV, caso Solà y Matas, caso Fundación, caso Manga, caso Pretoria, operación Clotilde, caso Pujol, caso Adigsa o 3%, caso Treball…) y viendo la dirección del partido que “el barco se hundía”, decidieron que debían cambiar el nombre de la formación, y segundo, que debían entretener al “pueblo” con algún invento para así poder tapar todas sus miserias y todas sus corruptelas. ¿Cuál ha sido ese invento? La independencia.
Desengáñense señores de la extinta Convergència: ustedes nunca fueron independentistas, ya que el ex President Pujol “saqueaba” con estilo e inteligencia las arcas del Estado español pactando hasta con el diablo. Ya lo decía aquél: “la pela és la pela”, pero como le descubrieron el pastel, se convirtieron en secesionistas para tapar sus vergüenzas, y entretener al “poble de Catalunya”. Y lo más preocupante es que se lo creen, y se lo creen porque tienen dos buenos actores: el ex President Carles Puigdemont, y su fiel escudero el President Quim Torra. ¡Ah! Y no nos gobiernan desde La Mancha aunque la cosa vaya de caballeros andantes y de escuderos, nos gobiernan desde Lledoners y desde la napoleónica Waterloo. ¡Y cuidado señores secesionistas, Napoleón perdió en Waterloo su gran batalla, y ustedes pueden perder en la misma ciudad belga la batalla por el independentismo!
José A. Avila López