El pasado viernes, en la sala de actos de la librería L\’Ombra, el poeta rubinense José Liñán presentó su primer libro ‘El día que murió Sergio Algora’ en compañía del fotógrafo y filólogo Carles Mercader.
El poemario, primera publicación del autor, recoge la tradición de la llamada poesía de la conciencia, como lo fueron Gil de Biedma o Lois Pereiro. Una poesía que nace de la necesidad, de la náusea, que interpela a la memoria y las múltiples caras de su existencia; en un intento de darle sentido al sinsentido, que en no pocas ocasiones resulta la vida.
Las canciones y poemas de Nacho Vegas, David González o el propio Sergio Algora confluyen en este libro en forma de poemas narrativos, en los que la vida, el amor y la muerte, bailan enlazados en un mismo cuerpo poético. Poesía canalla y auténtica de extra-radio; libre, descarnada y lúcida, ante todo lúcida, como una verdad que despunta al amanecer, tras una noche de música, alcohol y sexo.
José Liñán se antoja un soplo de aire fresco dentro del panorama literario rubinense. Sin querer o queriendo, remueve las entrañas con la sencillez del que sabe lo que busca, pero no espera nada. Las preguntas que se plantea el autor con honestidad y arrojo, acaban esbozando un mapa del alma de tantas personas de su generación. Una generación perdida, para algunos, que flota a la deriva de un mundo absurdo y violento, y cuya verdad latente es: “que lo realmente importante/ es que hoy estamos”. Quizás por ello se empeñan en buscar su norte en los compases de una canción o en la realidad que se vislumbra tras estos versos.