Caminando por las calles de Rubí ves caras nuevas. Son personas que participan en las actividades que se realizan en el pueblo, que van a la biblioteca o frecuentan diferentes asociaciones, que están en la mesa contigua a la tuya cuando estás tomando un café o en el bar. Compran en el mercado o en los supermercados. Algunas van a la iglesia, bien sea católica o protestante, algunas otras van a la mezquita. Sin embargo, aunque los ves, son invisibles. Para el ayuntamiento no existen.
Estas personas visibles, pero invisibles para el gobierno local, pueden ser tanto nacionales como extranjeras que residen en Rubí y que, por diversos motivos, no pueden demostrar al ayuntamiento un contrato de propiedad inmobiliaria o de alquiler de una vivienda, requisitos indispensables para poderse empadronar. Si bien la ley contempla que una persona puede demostrar su residencia con otras pruebas, en nuestra ciudad sólo se puede con alguno de estos documentos más el último recibo de pago del alquiler o de algún servicio público que debe estar a tu nombre.
¿Te imaginas no poder renovar tu DNI o sacar tu pasaporte por no estar empadronado? ¿Tener que pagar a las mafias por un derecho y un deber ciudadano?
¿Enfermarte y no poder tener un seguimiento médico? Estos son algunos de los casos de las personas que viven en Rubí sin posibilidad del padrón.
La imposibilidad que tienen las personas de obtener el padrón por no poder demostrar documentalmente su lugar de residencia, o no tener un domicilio fijo, han dado lugar a la proliferación de las “mafias del empadronamiento”. Estas pueden llegar a cobrar hasta 300 € por el padrón, si se paga de una sola vez, y en los últimos días hemos tenido noticias de que hay quien paga mensualmente para seguir empadronado.
Empadronarse es un derecho y una obligación para todos1. El padrón municipal no es un mecanismo de control de las viviendas ni de la inmigración. El padrón municipal es el registro administrativo en el que se inscriben todas las personas que residen en el municipio, sean nacionales o extranjeros. Esto permite una acción de gobierno más eficiente, puesto que facilita la planificación. Además, tener el número oficial de habitantes es el punto de referencia para recibir recursos externos tanto en forma de financiación como en previsión de servicios, cosa que a todos nos beneficia.
Las personas inscritas en el padrón municipal son vecinos/as en la población y conlleva la condición política de catalanes2, con deberes y derechos.
Rubí per l’Empadronament, una plataforma integrada por varias entidades como la Asociación de vecinos de Las Torres, Rubí Acull, Rubí Solidari, ASPROSC, ARSI, Cáritas, está trabajando en varios aspectos para buscar soluciones y dar a conocer el problema que representa para las personas el no estar empadronadas.
1 Ley 7/1985 de 2 de Abril. Arts.15, 16 y 17
2 Decreto Legislativo 2/2003 de 28 de Abril. Art.39