Estos días se están debatiendo los posibles pactos o alianzas para la investidura del encargado de formas gobierno, y, a su vez, presidirlo. Hay que tener en cuenta que en unas elecciones generales no votamos a ningún jefe de gobierno, votamos a 350 diputados, y son ellos los que deben elegir al responsable de formar gobierno o primer ministro, con lo cual cualquier diputado, si cuenta con los votos suficientes puede llegar a serlo. Lo que se refleja muy bien en la locución latina “primus inter pares” (el primero entre los iguales).
Yo he sido siempre de ideología socialista, y, hasta hace muy poco, militante en activo. Aun no siendo ya militante (por motivos que no vienen al caso) sigo siendo de tendencias socialistas y progresistas. Es por ello que me aterra la posibilidad de que Rajoy vuelva a gobernar. No es que crea que ser de derechas sea malo, en principio es tan lícito y legitimo como cualquier otra idea. De lo que estoy totalmente en contra es que ésta derecha encabezada por un personaje como Mariano Rajoy y toda su guardia pretoriana político/mediática siga dirigiendo el país. Un partido que tanto a nivel personal como orgánico está con casos de corrupción hasta las cejas y que su única acción de gobierno es la de hacer de eficaz mano de obra del “establishment” económico, es decir, de chico de los recados de la “troika”, no merece ni debe volver al poder.
Y llegados a este punto, el PSOE debe demostrar que realmente y a pesar de todo lo que le ha ocurrido, es el partido que puede liderar un movimiento progresista y de eficaz protección a la totalidad del pueblo español. Tiene la obligación ética y política de formar, o al menos intentarlo en serio, una alianza con formaciones que estén dispuestas, de verdad, a trabajar por el país y por su soberanía. No deben hacer caso a los antiguos pesos pesados (Guerra, González, Zapatero, Bono, etc.) y actuar con coherencia en relación a la actual situación social y económica.
Y si de verdad no son aconsejables unas terceras elecciones y resulta inevitable, a través de la abstención, hacer presidente a Rajoy, explíquenlo con todo lujo de detalles para que lo entendamos, es decir, diciendo la verdad con total honestidad y absoluta transparencia. Tengan en cuenta que los ciudadanos necesitamos con carácter de urgencia algo en lo que creer y confiar (en materia política, claro está), de lo contrario “apaga y vámonos”.