OPINIÓ
En Comú Podem Rubí
En 2019 ya lo tuvimos claro en Rubí: sólo desde la opción unitaria del espacio de En Comú Podem se podía aspirar a obtener una representación suficiente para ser protagonista de las transformaciones necesarias. A partir de esa idea, se consolidó un espació a base de generosidad, trabajo y determinación. La lección fue clara: en ciudades cercanas donde se optó por ir separadas se alcanzaron resultados muy pobres, mientras que, aquí en Rubí, hemos podido hacer realidad parte de nuestra propuesta para la ciudad desde el gobierno municipal.
En una encrucijada similar se estaría ahora en la política estatal: la necesidad de un espacio unitario de izquierdas es innegable, aunque sólo fuese como dique para garantizar las recientes conquistas frente a la derecha reaccionaria, siempre dispuesta a reclamar el poder que por naturaleza considera suyo. No seremos nosotras desde Rubí quienes queramos dar instrucciones de cómo resolver la situación, sólo sabemos distinguir lo que genera herramientas útiles para la gente de lo que no. Por eso, pase lo que pase en el estado, nuestra apuesta en Rubí es y será la unidad.
Ha resultado evidente, tanto en el estado como en la ciudad, que ser la fuerza minoritaria en un gobierno hace posibles muchas acciones, aunque a veces puedan quedarse cortas, y por lo tanto, tengan que asumirse otras cuestiones que no forman parte de lo que consideramos prioritario. Aun así, es infinitamente más productivo poder tomar decisiones y ser útil a la gente en su día a día que no estar en la negación continua de una oposición estéril con impacto igual a cero.
Ya sea en un espacio político o en una ciudad, las decisiones pueden tomarse por imposición o por consenso. La imposición es un camino que puede permitir cumplir objetivos, pero éstos, al no ser compartidos, son efímeros. Tan pronto como cambian los equilibrios de poder, el propósito de unos y de otros es borrar lo hecho y reescribirlo con una nueva imposición. Sólo desde el consenso se construye un legado sólido, útil y compartido. Este consenso no existe ahora mismo en Rubí para los temas estratégicos de ciudad, algo grave a las puertas de la redacción de un nuevo plan urbanístico. Por eso, es imprescindible un liderazgo que apueste por el diálogo desde la escucha del conjunto de la ciudadanía: somos la fuerza que lo hará posible.
En Rubí, algunos llevan mucho tiempo cavando las trincheras de un juego de egos que para nada refuerza a la ciudad y en realidad la pone al servicio de sus visiones confrontativas. En ausencia de proyecto de futuro, se proponen políticas de corto plazo para contentar a las parroquias respectivas e ignorar al resto. En realidad, esto sólo sirve para alejar a la gente de la política y para alimentar opciones mentirosas y sin escrúpulos, e incluso se acaba comprando los argumentos demagógicos de estos últimos.
En Rubí, no tenemos dudas: sólo desde la suma se puede transformar, tanto en el espacio político como en el proyecto de ciudad. Nuestra coalición en Rubí está más unida que nunca en este 2023, con más experiencia, más fuerza y más solidez. Somos la opción fiable, abierta y dialogante para liderar un gobierno que ponga en marcha las transformaciones que una ciudad sin complejos necesita.
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